martes, 22 de septiembre de 2015

EVALUACIÓN SOCIO-CULTURAL DE LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA

La República Aristocrática fue un proceso que presentó muchos cambios sociales. El término más adecuado para esta etapa de la historia del Perú republicano es República Oligárquica, vocablo acuñado por el gran historiador Jorge Basadre, que se basa en el poder ejercido por un grupo reducido de personas. Esta expresión puede definir, completamente, la sociedad peruana durante comienzos del siglo XX: una comunidad ampliamente dividida por los estratos sociales y económicos, y liderada por la aristocracia (la clase más alta), la cual actuaba, en conjunto, para la defensa de sus propios intereses y sin consentimiento popular. Esta sociedad piramidal y centralizada estaba compuesta por aproximadamente 40 familias, las cuales eran las mejores ubicadas, social y económicamente, y tenían el poder de casi todo el país.

El caudillismo, prácticamente, desapareció durante esta época y surgieron muchos partidos políticos que respaldaban la constitución. Irónicamente, este proceso, con tanta estabilidad política y social, empezó y finalizó con golpes de estado.

La aristocracia desarrolló, principalmente, las actividades que más los beneficiaban: la industria azucarera y algodonera. Gracias a la modernización e industrialización de estas actividades económicas, pequeños establecimientos industriales fueron multiplicándose y expandiéndose (además del azúcar y el algodón), mejorando, económicamente, toda la industria o negocio en el país.

Además, algunas industrias dieron paso a innovaciones (principalmente extranjeras), que generaron la modernización de estas actividades económicas.

Esta mejora en la industria y economía peruana, también, trajo consigo problemas de trabajo y la fundación de gremios para defender a la clase trabajadora.

Así, el proletariado se vio beneficiado por la generación de empleos, aunque, también, se defendió de las condiciones infrahumanas a las que eran sometidos, tomando el ideal de las reivindicaciones laborales, el cual provenía de la Reconstrucción Nacional. Se gestó, por ende, el movimiento obrero peruano, durante un periodo de escasez de alimentos, con la consiguiente inflación causada por la Primera Guerra Mundial.

Durante esta coyuntura social y económica nacional, surgieron los gamonales, los cuales, especialmente en la sierra, expandieron sus haciendas por medio de expropiaciones ilícitas a aborígenes de la zona, expandiendo, de este modo, su poder socio-político y económico en el país.

La sociedad oligárquica dominó, ampliamente, la economía, política y sociedad peruana, restándole importancia a los reclamos de la clase popular y media por la inferioridad que sufrían. La clase baja se encontraba disgustada frente a la forma de Gobierno ejercida por esta clase dominante, la cual se justificaba con la corriente del Darwinismo social, argumentando que la clase aristocrática era mucho más capaz de gobernar y dirigir al país con orden y progreso.

De esta manera, teniendo un gran desprecio ante las mayorías populares, esta clase dominante fue muy superior, restándole importancia a las provincias peruanas, las cuales solo fueron explotadas económicamente para beneficio del Estado, la clase plutocrática y los inversores extranjeros. No obstante, en el ámbito social, estas estuvieron bajo la sombra de la cultura limeña y su gente, sufriendo, posteriormente, un estancamiento secular, el cual causó que se detenga el crecimiento en las provincias peruanas. Esto fue, luego, agraviado por la migración y expansión urbana, en Lima, durante el oncenio de Leguía. 

Fuentes: La república aristocrática de Percy Cayo Córdova y Fernando Armas 

Autores: Rafael Demichelli y Luis Ignacio Gonzales 

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