Proceso histórico del
Perú Republicano, comprendido entre 1827 y 1844, caracterizado por la
inestabilidad política, la pobreza del Estado y la continuidad de las
injusticias sociales (tributo indígena y esclavitud) y causado por el
desarrollo y prolongación de las guerras de la Independencia, y por la carencia
de una burguesía nacional. En este proceso, gobernaron sucesivamente caudillos
militares, quienes habían participado de la Guerra de la Independencia, razón
por la cual pensaban que tenían derecho y que era su deber gobernar al Perú.
Estos emplearon la fuerza, dándose
golpes de Estado. Entre estos, destacan José de la Mar, Agustín Gamarra (2
Gobiernos), Luis José de Orbegoso, Andrés de Santa Cruz y Felipe Santiago
Salaverry, quienes representaron intereses de los criollos liberales y
conservadores. En este proceso, se dieron acontecimientos importantes, como la
Guerra de la Confederación y la Guerra con la Gran Colombia. El Primer
Militarismo se divide en cuatro subprocesos: los inicios del Militarismo
(1827-1836), la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839), el Segundo Gobierno
de Agustín Gamarra (1839-1841) y la Anarquía Militar (1841-1844).
La Confederación Perú-Boliviana es un subproceso del Primer
Militarismo, comprendido entre 1836 y 1839. Esta fue planteada por el
presidente boliviano Andrés de Santa Cruz, quien se basó en “La Confederación
de los Andes” como modelo, e instaurada, junto con Luis José de Orbegoso, en
1836, tras haber derrotado a Agustín Gamarra en la batalla de Yanacocha el año
previo. Su objetivo era unir a Perú y Bolivia, sobre la base de tres estados
confederados (Nor Peruano, Sur Peruano y boliviano), los cuales compartían
vínculos territoriales, históricos y económicos, para lograr que surja un
Estado poderoso, con más oportunidades de salir adelante. Esta se estableció en
tres asambleas, dándose su creación definitiva en el Congreso de Tacna, en
donde también se le dio el título de Supremo Protector a Andrés de Santa
Cruz. Esta, además, provocó
enfrentamientos entre Santa Cruz y los militares peruanos Agustín Gamarra y
Felipe Santiago Salaverry, y causó gran amenaza a Chile, por lo cual se dieron
dos Expediciones Restauradoras. La primera, en
Arequipa, fracasó. No obstante, segunda, conocida como la batalla de
Yungay, logró disolver la Confederación, tras ser vencido Andrés de Santa Cruz,
en 1839.
Intento de anexión de Bolivia |
La anarquía militar es un subproceso del Primer
Militarismo, comprendido entre 1841 y 1844, y caracterizado por la
inestabilidad política de sus gobernantes, dándose una gran cantidad de golpes
de estado. En este subproceso, gobernaron ocho presidentes: Manuel Menéndez,
Juan Crisóstomo Torrico, Francisco Vidal, Justo Figuerola, Manuel Ignacio de
Vivanco, Domingo Elías, Domingo Nieto y Ramón Castilla. Durante la Anarquía
Militar, participó Gutiérrez de La Fuente, quien nombró Presidente a Francisco
Vidal. Este último gobernó casi al mismo tiempo que Torrico, quien se
autoproclamó Presidente. Además, en esta, Vivanco estableció el Directorio,
nombrándose Supremo Director de la República. La Anarquía Militar concluyó en
1844, cuando Manuel Menéndez convocó elecciones y Ramón Castilla fue nombrado
Presidente Constitucional.
Juicio de valor
Durante el Primer
Militarismo, el Perú se vio caracterizado por una inestabilidad política, dado
a que no se presentó una continuidad en la dirección del país, pues hubo muchos
gobernantes con ideas distintas y diversos golpes de Estado, ya que los
caudillos emplearon, en su mayoría, la fuerza para obtener el control, debido a
que sentían que ellos tenían el derecho y debían gobernar el país tras haber
luchado por este, entregando su vida; una pobreza por parte del Estado; y una
continuidad de injusticias sociales, en la que destacaron el tributo indígena y
la esclavitud. Este ocurrió después de la Independencia, por lo cual, fue el
primer paso del Perú como un país libre que no dependa de ningún otro; sin
embargo, no fue una etapa estable, debido a que, al existir muchos caudillos
que pugnaban por el poder, no se pudo desarrollar una política de largo plazo
que buscase el bienestar general de la nación, aplicándose, en cambio, una gran
cantidad de políticas que dependían del criterio de los diversos militares que
tomaron el poder.
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